Asimov. Medicina. Cómic. Pandemia. Negacionismo. ¿Qué tienen en común estos conceptos? Todos ellos son parte fundamental del proyecto Yo, doctor, puesto en marcha por dos médicos inquietos, “dibujantes y amantes de la subcultura”, como ellos mismos se definen. Guido Rodríguez de Lema y Juan Sánchez-Verde son el vivo ejemplo de que el cómic, la ilustración y el arte no solo no pueden caminar en paralelo a las ciencias, sino que combinados con ellas pueden generar un cóctel explosivo perfecto para luchar contra la ignorancia. Hemos hablado con ellos sobre lo divino (nada) y lo humano (todo), en una entrevista que va desde Lovecraft hasta Atila, el rey de los Hunos. ¿Qué más se puede pedir?
Yo, Doctor y el comienzo de una buena amistad
Guido nace y vive en Madrid, y Juan, en Bilbao. Pero ambos siguen caminos similares en lo que respecta a intereses: como ellos mismos comentan en la web Yo, doctor, son consumidores adictos a la literatura, los cómics, los juegos de mesa, los videojuegos y la televisión. Ambos comienzan a desarrollar su vena artística y creativa al tiempo que se matriculan en la Facultad de Medicina. Guido se traslada a Madrid para estudiar en la Complutense y ambos se matriculan en algunas asignaturas de la carrera de Bellas Artes, pero no coinciden (y se conocen) hasta unos años más tarde, en el 2010.
Vamos a romper el hielo. ¿Cómo y cuándo os conocisteis? ¿Y qué tal os lleváis, como compañeros de proyecto?
GUIDO: Nos conocimos durante la residencia, al principio no nos caímos bien, porque cada uno pensaba que el otro era un rarito. Pero Cthuluh los cría y ellos se juntan, así que acabamos siendo amigos.
JUAN: En realidad discutimos con cierta frecuencia, pero tenemos la norma de no irnos a la cama (cada uno a la suya) enfadados. Normalmente discutimos, y siempre hay alguno que entra en razón… Normalmente, yo. Guido es el más mejor.
¿Cuándo, cómo, dónde nace el proyecto “Yo, Doctor”?
GUIDO: La IDEA de Yo, doctor” nació un día en el que Juan tuvo una experiencia un poco turbulenta con una expareja. Me llamó para contármela; después de escucharle le dije que, si fuera un comic, después de lo sucedido habría una página entera en negro, con una única cartela que diría: “En ese momento, me sentí un gilipollas”. Ahí nació la idea de hacer un cómic autobiográfico sobre la vida de un médico y surgió el nombre de Yo, Doctor, como referencia a ‘Yo, Robot’ de Asimov y ‘Yo, Claudio’ de Graves. Ese proyecto lo mantuvo Juan durante el Curso Anual de Comic de ESDIP, donde el profesor Jose Robledo le ánimo a no dejarlo de lado. Quedó en stand by, hasta que un día haciendo unas viñetas sobre educación sanitaria tuvimos que poner un seudónimo. En definitiva, la idea nació de una conversación y se ha ido trasformando a lo largo de los años, con muchas conversaciones, discusiones y casualidades.
¿A quién se le ocurrió ese nombre tan asimoviano (y bueno)?
JUAN: En realidad, a mí me flipa Asimov. Siempre colecciono ediciones raras de sus libros. El seudónimo es asimoviano, por ‘Yo, Robot’. Pero el título del primer libro, ‘El club de las batas blancas’, hace referencia ‘El Club de los viudos Negros’, también de Asimov. y tenemos guion (pero no tiempo) para las dos continuaciones: ‘Yo, doctor’ y ‘La Fundación’.
La mayoría de las personas deja sus aficiones artísticas aparte de su profesión, para “desconectar”. Vosotros, sin embargo, habéis juntado ambas. ¿Cuándo y cómo se os planteó algo así?
GUIDO: Tenemos suerte, simplemente eso. Es raro de decir y da un poco de vergüenza, pero ahí va: muchísima gente es mucho más talentosa que nosotros, tanto en lo médico como en lo artístico… Pero muy poca gente vive esas dos situaciones de forma simultánea. Somos un nicho raro. Y, sobre todo, nos gusta poner el valor de cada faceta en la otra.
¿Cómo se compagina la profesión de médico con la de dibujante de cómic/artista?
JUAN: Mal. ¿Siguiente pregunta?
GUIDO: Ahora, en serio: muy mal. Es mucho trabajo, mucho sacrificio y muchas horas. La única razón por la que podemos sacar el trabajo es porque somos dos, y sabemos trabajar en nuestro pequeño equipo.
¿Cuál es el proyecto del que más orgullosos os sentís?
GUIDO: Durante la Pandemia publicamos un libro, ‘Medicina POP’, que pasó tremendamente desapercibido por las circunstancias. Pero en esa misma fecha logramos que un póster dibujado por nosotros para Maldita.es se colocara en las marquesinas de toda España, concienciando a la gente sobre el uso de las mascarillas
JUAN: Hace un año publicamos un artículo en una revista científica sobre las causas de la muerte de Atila, el rey de los Hunos. Además del tema (que ya fue un éxito de por sí) y de que colamos una cita de Drácula en el texto, disfrutamos del hecho de poder dibujar un visual abstract con una reinvención del cuadro de Ferenz Paczka, pasando la censura de un desnudo torácico tanto femenino como masculino.
¿Cómo surgió y en qué consiste vuestra colaboración con Maldita.es?
GUIDO: Por accidente. Una compañera del Hospital conocía a la gente de Maldita.es y nos puso en contacto. Su proyecto nos pareció tan increíble que la colaboración surgió. ¡Ojalá hiciéramos más cosas de divulgación!
Está claro que el arte y el dibujo pueden servir para innovar en muchas profesiones, fuera del mundo artístico. Vosotros lo habéis logrado con una de las más “duras”, la medicina. ¿Cuál es, en vuestra opinión, la vía o vías para empezar a integrar el arte (cómic, diseño gráfico, animación, ilustración…) en las demás profesiones?
JUAN: El cómic es una herramienta maravillosa para la transmisión de información. Pueden ser historias, puede ser solo lúdico, o pueden ser cosas más sesudas, como Tesis Doctorales o trabajos académicos. El futuro es este: unificar arte y ciencia.
El futuro y la pandemia. Tiempo para descansar
¿En qué medida creéis que vuestro trabajo artístico ha mejorado el ejercicio de vuestra profesión, y de la de las personas que os rodean (compañeros y compañeras, pacientes, etc.)?
GUIDO: En los últimos años hemos trabajado mucho en este tema y hemos visto muchos avances. Compañeros, instituciones o compañías nos han contactado para hacer que el mensaje llegue a más gente.
Decís que estáis un poco en stand by. ¿Tenéis alguna idea feliz a futuro? Aunque solo sea por fantasear y sin ninguna planificación…
GUIDO: Tenemos varias ideas: las dos continuaciones de ‘El club de las batas blancas’, un cómic de Medicina-Ficción e incluso un cómic sobre la pandemia que no se vio. El problema es ese: la pandemia nos dejó más tocados de lo que pensamos al principio. Ahora, sinceramente, lo que necesitamos es descansar.
Y hablando de pandemia, no sé si queréis comentar el tema o es mejor pasar página…
JUAN: ¿Qué pandemia? No hay pandemia… Como ha dicho Guido, nosotros vivimos otra pandemia. Una que no fue de aplausos, ni de gente sacando lo mejor de ellos de manera idealizada. La pandemia fue dura para todos, eso es indudable; pero no le desearía a nadie vivir nuestra situación. Mientras la pasábamos, vivíamos de inercia y anestesiados; pero ahora sentimos todo el peso de lo que pasó, junto con el peso de lo que está pasando… Es como pasarla dos veces y que la segunda vez la gente no te entienda. Pero estamos bien… Lo único, andamos un poco como Hulk en los cómics originales, rehuyendo de la gente.
El cómic como medio de difusión: un arte con mil posibilidades
El cómic, la ilustración y la novela gráfica no son un campo cerrado tan solo a quienes trabajan como artistas. Muchos profesionales de otros ámbitos, como Juan y como Guido, son conscientes del poder del dibujo para la difusión de la cultura y la ciencia. El Curso de Dibujo para Cómic de ESDIP puede ser la clave para dar vida a esas ideas creativas que te rondan en la cabeza, y para desarrollar un estilo propio y original. Al igual que los creadores de Yo, Doctor, durante el programa de un año de duración aprenderás todo lo que necesitas para dibujar como un profesional y sacar adelante tus proyectos. Ellos lo han conseguido a base de ganas, formación, trabajo y talento: tú también puedes.
No queremos terminar esta entrevista sin agradecer el trabajo que hicieron los y las profesionales de la salud durante los meses más duros (y por supuesto, siempre). Desde ESDIP enviamos nuestro más sentido “gracias” por el esfuerzo que vimos, percibimos e imaginamos, y por ese del que ni siquiera fuimos conscientes. Profesionales del calibre de Juan y Guido, que además nos ayudan a entender un poco mejor el mundo que nos rodea con humor, talento, ciencia… y mucho arte.