En el mundo de la creación artística, es habitual no tener claro cuánto vale el trabajo realizado. Por desgracia, muchas personas, desde fuera, lo ven como “un placer” o “una diversión” que al artista no le cuesta nada hacer. Seguro que alguna vez, alguien te ha pedido que le regales un dibujo, un cuadro, un diseño… A nadie se le ocurriría pedirle a un panadero que le regale una barra de pan, ¿verdad? Pues como trabajadores y trabajadoras que son, los y las profesionales del diseño gráfico y la ilustración tienen que ser capaces de valorar sus proyectos de forma objetiva. Y de no tener miedo a exigir por ellos lo que realmente valen.
Pero, ¿cómo se calcula el valor material de un proyecto? ¿Cómo sabemos que no estamos pidiendo demasiado (o demasiado poco)? ¿Cómo podemos superar el famoso “síndrome del impostor”, que afecta en tan gran medida a artistas y creativos? Vamos a analizar esta cuestión e intentaremos dar solución a estas preguntas. Si te has reconocido en este encabezamiento, ¡sigue leyendo!
Para trabajar de diseñador gráfico hay que saber “venderse”
En primer lugar, hay que tener muy clara una cosa. Por mucho que te guste lo que haces y que lo hagas encantado, nunca olvides que el diseño gráfico es una profesión. Los proyectos que realizan los profesionales les suponen a sus clientes un importante retorno económico o una satisfacción personal invaluable; por ejemplo, aquella persona que adquiere una obra de arte para su casa. Si no fuera así, no los encargarían. No importa cuánto clamen al cielo o lo carísimo que les parezca lo que haces: lo normal es que tengan perfectamente claro que eso es lo que vale el trabajo. El problema suele estar en que, como comentábamos antes, el trabajo creativo está infravalorado. Y para conseguir que deje de estarlo, los y las artistas deben sentar las bases de su propio reconocimiento.
¿Qué hacer para conseguirlo? El primer paso está claro: si tú no valoras lo que haces, nadie lo hará. Para que tus clientes vean lo bueno o buena que eres diseñando, primero debes tenerlo claro tú. Piensa en el tiempo que has dedicado a tu formación, repasa tus trabajos y ten en cuenta las horas que metes (por obligación o por placer) dibujando o diseñando. Y si crees que necesitas un plus, no dudes en buscar cursos de diseño gráfico o especializado para dar un impulso a tu carrera. Además, hay dos cosas que debes tener muy en cuenta:
- Para que valoren tu trabajo, es imprescindible que antes lo valores tú. Siempre hay que empezar por uno mismo.
- Ahora mismo, es fundamental difundir la necesidad del trabajo artístico y el valor de las obras únicas en el mercado. El comprador también necesita educación: cárgate de razones para defender lo que haces y no rebajes el valor de tu trabajo, ni regales nada.
Cursos de diseño gráfico: tus aliados para ganar profesionalidad y confianza
¿Has oído hablar alguna vez del “síndrome del impostor”? Es una sensación que tienen muchas de las personas que se dedican a profesiones creativas. Se trata de una condición psicológica que nos hace pensar que no somos buenos en lo que hacemos, aunque los resultados sean excelentes y demuestren lo contrario. Quienes lo experimentan tienen la sensación de que lo que han logrado es por casualidad, y viven pensando que en cualquier momento el resto va a descubrir que, en realidad, son “impostores” o “fraudes”. Si alguna vez has tenido ese feeling, no estás solo: como comentábamos, es algo habitual.
Quitárselo de encima no es fácil, pero tampoco imposible. Para valorar nuestro propio trabajo es imprescindible que no sintamos seguros, y tener una buena base es fundamental para desarrollar nuestro talento con seguridad.Si estás al tanto de las últimas tendencias, tecnologías y herramientas para realizar mejor tu trabajo, serás consciente del valor del tiempo que has invertido en aprender, y de la calidad que adquieren tus proyectos. Los cursos de diseño gráfico y web de ESDIP te ayudarán a dotar a tu talento de esa profesionalidad que tanto buscan tus posibles clientes. Podrás desarrollar tus conocimientos, adquirir otros nuevos (esenciales para el futuro) y compartir tu trabajo y tu día a día con personas tan creativas como tú, creando proyectos individuales y en equipo. ¡No dejes de informarte!