Las ventajas de aprender un oficio frente a obtener una titulación oficial

La palabra “titulitis” se ha convertido en un término de uso común. Incluso la RAE la aceptó allá por el año 2001, con la siguiente definición: “Valoración desmesurada de los títulos y certificados de estudios como garantía de los conocimientos de alguien”. Desde luego, es una definición acertada: ningún estudio garantiza el conocimiento. Y aunque […]

Trabajar dibujando
3 abril, 2023
Aprender un oficio

La palabra “titulitis” se ha convertido en un término de uso común. Incluso la RAE la aceptó allá por el año 2001, con la siguiente definición: “Valoración desmesurada de los títulos y certificados de estudios como garantía de los conocimientos de alguien”. Desde luego, es una definición acertada: ningún estudio garantiza el conocimiento. Y aunque los títulos académicos siguen siendo exigidos y apreciados por parte de la sociedad, cada vez son más los que plantan cara a esta tendencia. Y los que, sin dejar de formarse (algo que nos parece fundamental para crecer como personas y como profesionales), optan por estudiar de otra forma. Su objetivo fundamental: aprender un oficio. Es decir, más práctica y menos teoría. Para que te hagas una idea, es algo similar al examen para sacar el carnet de conducir: tanto el teórico como el práctico son imprescindibles.

Si te sientes identificado con este tema o simplemente hemos despertado tu curiosidad, a continuación analizamos qué ventajas tiene aprender un oficio dentro del campo artístico frente a lograr una titulación oficial más bien vacía. ¿Nos acompañas?

Un oficio no se estudia, se aprende

Un oficio se aprende practicando
Probablemente, una de las claves de esta polémica está en los términos “estudiar” y “aprender”. El hecho de que estudiemos para aprobar un grado o un módulo no significa que hayamos aprendido (es decir, interiorizado) lo que hemos estudiado. Es el caso clásico del estudiante que fija sus conocimientos durante el tiempo justo para aprobar un examen… ¿Te suena? Pues sí. Todos hemos hecho algo parecido alguna vez con aquellas asignaturas, las “marías”, que solo servían para pasar el expediente. Para obtener un título y ponerle un marco en la pared, este tipo de aprendizaje podría servir. Pero si lo que realmente queremos es trabajar (y trabajar en aquello en lo que nos hemos formado), no nos ayudará en absoluto.

Esto es todavía más cierto cuando hablamos de profesiones creativas y/o artísticas, donde es fundamental demostrar que se dominan campos como el dibujo, la anatomía, el color o el software especializado. Cuando presentes tu portfolio en un estudio o productora, les interesará saber dónde has estudiado. Pero prepárate, porque irán mucho más allá y te preguntarán de todo. Lo que realmente les interesa a tus futuros contratadores es qué sabes hacer. Y como es lógico, querrán que se lo demuestres.

Las profesiones artísticas tienen mucho de “oficio”. La ilustración, el diseño gráfico y web, la animación, el tatuaje, el cómic… Quienes se han hecho un hueco en estos campos lo han conseguido a base de trabajar y practicar. Si no sabes dibujar, rotular, diseñar por ordenador o manejar programas de animación 3D, no engañarás a nadie por mucho título que tengas. En cuanto te sientes a la mesa de dibujo, tendrás que demostrar que realmente sabes lo que haces. Y por descontado, antes de sentarte en esa mesa ficticia tus futuros empleadores o clientes querrán ver muestras de tu trabajo… Y ahí es donde entra el aprendizaje real. Por tanto, quédate con la primera clave: en tu formación, es fundamental que dediques una buena parte del tiempo a crear un portfolio profesional. Un documento único y personal que te hará destacar por encima de tus competidores. Es algo fundamental, tu mejor herramienta en un mundo donde la exigencia es norma.

La importancia de las prácticas para aprender un oficio. No es oro todo lo que reluce…

Importancia de las prácticas para aprender un oficio
Son muchos los cursos, tanto públicos como privados, que se venden con la famosa frase “xxx horas de prácticas reales en empresas tras obtener la titulación”. De hecho, en muchos programas formativos las prácticas no solo son interesantes, sino que también son obligatorias. Pero del dicho al hecho, ya se sabe… Son muchísimos los ilusionados estudiantes que se encuentran con que las famosas prácticas consisten únicamente en ir unas cuantas horas a una empresa o estudio, sin hacer nada (o por lo menos, nada que sirva para aprender o afianzar tus conocimientos).

Por eso, a la hora de aprender un oficio las prácticas deben estar enfocadas a desarrollar todo lo aprendido. Y más aún, en el ámbito artístico. Un ejemplo: trabajar en equipo para producir un cortometraje de animación, conociendo todo el proceso. O crear un portfolio de diseño gráfico o ilustración con buenos trabajos en distintas disciplinas y estilos, que podrás mostrar como experiencia previa en tus entrevistas. Es lo que se llaman prácticas libres, las más interesantes hoy día para enfocar los estudios a lo que demanda el mercado. Con este tipo de prácticas y siempre bajo la tutoría de profesionales en activo, estarás seguro de que dedicarás esas horas a desarrollar todo lo aprendido durante el curso (y no a hacer fotocopias o a “calentar una silla”).

¿Estás dispuesto a aprender un oficio artístico y convertirlo en tu profesión?

En ESDIP estamos convencidos de que un buen curso forma a profesionales listos para trabajar. Con un aprendizaje sólido y bien asentado; y con la seguridad que aporta saber que conoces bien lo que haces, que lo puedes hacer mejor que nadie y que eres capaz de demostrarlo con un buen portfolio de proyectos. Son muchos los alumnos que han pasado por nuestras aulas y ahora realizan trabajos para los mejores estudios de diseño, productoras audiovisuales o editoriales.

En los Cursos de Animación de ESDIP, durante el último año pasarás a nuestra productora esdipanimation.com; junto a tus compañeros, realizarás un cortometraje que será el mejor de los portfolios. Y cuando cuando una productora te pregunte qué sabes hacer, solo tendrás que mostrárselo y decir: ¡dale al play! Y aún hay más, porque la escuela moverá el corto por los festivales internacionales de animación. No serías el primer alumno ni el último en la carrera hacia los Goya… Si de verdad quieres dedicarte a lo que más te gusta, ¿a qué esperas para estudiar con los mejores?