Los cuentos infantiles son una mina para cualquier ilustrador. El imaginario de este tipo de literatura permite desplegar la imaginación sin límites, haciendo posible la creación de universos inolvidables llenos de belleza. Desde los dibujos más sencillos, como los realizados por el propio Antoine de Saint-Exupéry para su inmortal libro El principito; hasta los más complicados, obras de artistas magistrales de la talla de Rébecca Dautremer o John Tenniel (artífice de las célebres ilustraciones de Alicia en el País de las Maravillas, de Lewis Carroll), las posibilidades que ofrecen estos textos para disfrutar con la ilustración son casi infinitas.
Y ahora, vamos por partes. Si, como ilustrador, deseas crear unas imágenes para un cuento clásico o ya existente, no habrá problema… Siempre que el texto no tenga derechos de autor, o si lo vas a utilizar solo para uso personal. Pero si quieres ir un paso más allá e ilustrar un texto original, se abren ante ti opciones insospechadas. Por eso, encontrar buenas ideas para cuentos infantiles se convierte casi en una necesidad para muchos ilustradores. Cuando tengas la idea, puedes escribir tú el cuento (si te gusta y se te da bien) o encargárselo a alguien con talento para la literatura. Y entonces, tendrás vía libre para dar rienda suelta a las imágenes que te sugiera.
Buenas ideas para cuentos infantiles: las vivencias personales
Son muchos los escritores de literatura infantil que confiesan haberse inspirado en su propia infancia, a la hora de escribir sus obras. De buenas a primeras me viene a la mente el gran Roal Dahl, creador de clásicos inolvidables como Charlie y la Fábrica de Chocolate. Suyo es un libro delicioso llamado Boy (Chico), publicado en 1984 y en el que relata anécdotas e historias de su infancia. El libro es justamente famoso por la calidad de su escritura, pero a su fama contribuyeron sin duda las maravillosas ilustraciones que Quentin Blake realizó para la primera edición. Un fantástico despliegue de imágenes vivas, modernas, dinámicas y llenas de expresión, con las que quienes amamos el libro de Dahl no podemos dejar de identificar a sus protagonistas.
Por lo tanto, si estás buscando buenas ideas para escribir e ilustrar cuentos infantiles, está claro: tu infancia y tu adolescencia pueden ser una fuente inagotable de inspiración. Al igual que sucede en el libro de Roal Dahl, agrupar una serie de anécdotas con un hilo conductor (días, años, un curso escolar, unas vacaciones de verano…) te servirá para dar forma a un cuento o relato infantil que hará las delicias de muchas personas. Y más aun, si lo acompañas con tu arte de ilustrador. ¡Nadie mejor que tú para dotar de imágenes a tus propias vivencias!
Miedos, emoción y diversión, claves de muchas historias
Además de las experiencias personales, otro de los puntales de los cuentos infantiles son los miedos. De hecho, los cuentos clásicos (tipo Caperucita Roja o Hansel y Gretel, entre muchísimos otros) servían como advertencia para que los niños estuviese protegidos frente a distintos peligros. A partir de los terrores infantiles más habituales, como pueden ser la oscuridad, la muerte, lo desconocido o la soledad, es posible crear historias llenas de interés que refuercen la autoestima y la seguridad de los más pequeños.
¡Y qué decir de las ilustraciones! Fantasmas, monstruos, bestias fantásticas , brujas… Son seres habituales en estos relatos. Personajes imaginarios que nos brindan la oportunidad de disfrutar dibujando, entrenando nuestra imaginación y nuestra mano, y empleando todo tipo de técnicas y herramientas para crear los seres más alucinantes. ¿Más opciones? Claro que sí. El miedo no es la única emoción que puede dar lugar a las mejores ideas para cuentos infantiles; todo aquello que emociona, divierte e intriga a los más pequeños es susceptible de servir como inspiración. Las mascotas, los animales, el espacio, las chuches y las golosinas (y volvemos a Dahl, con su famoso Willy Wonka como referencia), los extraterrestres, el mundo submarino, los deportes, la música… Son temas que siempre funcionan genial.
Aprende todo lo que necesitas para trabajar como ilustrador editorial
Está claro que sin una buena idea, es complicado conseguir sacar adelante el proyecto de realizar un cuento infantil. Pero lo mismo sucede si no cuentas con la formación y las herramientas adecuadas para ilustrar este tipo de textos o libros. Hoy día, los buenos profesionales combinan técnicas tradicionales y destreza manual con el uso del software más avanzado. Los resultados hablan por sí solos: no hay más que ver la calidad de las ilustraciones de los libros infantiles actuales…
¿Te gustaría ver tus dibujos plasmados sobre el papel, como parte de una historia maravillosa y en forma de libro? Entonces, no esperes más y apuesta por la mejor de las formaciones. El Curso de Ilustración Editorial de ESDIP te ayudará a adentrarte en este mundo fascinante, donde aprenderás las técnicas más habituales (grafito, lápices, acuarela, acrílicos…) y los programas que emplean los profesionales, como Adobe Photoshop y Clip Studio Paint. Una formación completa y de un año de duración que te ayudará a encontrar un estilo propio, y te enseñará a difundir tu talento en el mundo laboral con un objetivo claro: empezar a trabajar lo antes posible. ¿A que suena genial?