Historia de la animación: los primeros pasos

La historia de la animación comienza como tal a finales del siglo XIX. En aquellos tiempos todavía no existía el cine, ni por supuesto las grabadoras o los proyectores. Los aparatos que permitieron ver por primera vez imágenes en movimiento eran artilugios mecánicos que funcionaba a partir de principios ópticos. Increíblemente ingeniosos, a día de […]

Animación
19 enero, 2022
Primeros pasos del cine de animación

La historia de la animación comienza como tal a finales del siglo XIX. En aquellos tiempos todavía no existía el cine, ni por supuesto las grabadoras o los proyectores. Los aparatos que permitieron ver por primera vez imágenes en movimiento eran artilugios mecánicos que funcionaba a partir de principios ópticos. Increíblemente ingeniosos, a día de hoy siguen despertando nuestra admiración y curiosidad.

Hoy, la evolución imparable de los medios audiovisuales y la tecnología hacen posible disfrutar de auténticas maravillas. Es el caso, por ejemplo, del corto Blue & Malone, Casos Imposibles, obra de ESDIP Animation Studio y Goya al Mejor Corto de Animación en 2021. Pero para que existan joyas como esta, antes hubo que trabajar con el lápiz y el papel: te contamos cómo comenzó la historia de la animación y cuáles fueron los primeros “dibujos animados”. ¡Hubo vida antes de Disney!

¿Cómo empezó la historia de la animación? Los primeros aparatos

El interés por contar historias a través de las imágenes se remonta a la Prehistoria. Es el caso de las escenas de caza que muestran las pinturas rupestres, los retablos románicos o los frescos egipcios, entre muchos otros. Sin embargo, la ausencia de medios físicos que permitieran conseguir “imágenes en movimiento” impidió que se pudiesen generar hasta mediados del siglo XIX.

En 1824, John Ayrton Paris inventa el aparato que supondrá el primer paso este campo: el taumatropo. Es tan sencillo, que puede que en alguna ocasión incluso hayas construido uno tú mismo. Consiste en dos placas recortadas y colocadas una detrás de la otra, sujetas por dos cordeles. Una de las placas tiene un dibujo de un pájaro, mientras que en la otra hay una jaula. Al tirar de los cordeles, las placas giran a gran velocidad; y gracias a un efecto óptico vemos al pájaro dentro de la jaula.

A este singular ingenio le sucedieron aparatos más complejos, cada vez más parecidos a los proyectores de cine. Hablamos de dispositivos como el Fenantiscopio o Estroboscopio, un disco giratorio con imágenes que se hacía rotar frente a un espejo; el Zootropo, inventado en 1834 por William Horner y que se comercializó con gran éxito por toda Europa; o el Zoopraxiscopio, el invento definitivo y el que más se parece a los proyectores cinematográficos. Todos ellos funcionan con el principio de la “persistencia de la visión”, el mismo fenómeno óptico que permitía ver al pájaro en la jaula. La espectacularidad de las imágenes logradas con estos aparatos sigue despertando admiración. fíjate en el efecto que consigue el impresionante Zootropo de Pixar, creado para la exposición “Pixar, 25 Años de Animación”:

La animación en los años 20 y 30: los primeros cortos animados

Si hay un hito en la historia de la animación, sin duda es el estreno en 1937 de Blancanieves y los Siete Enanitos, la famosísima película de los Estudios Disney. Pero tan importantes como ella (y en cierto sentido, incluso más) son los cortometrajes que los pioneros de la animación crearon a finales del siglo XIX y principios de XX. Vamos con el primero de ellos: en realidad no es un corto de animación, sino más bien de stop motion… Pero sienta las bases de lo que más adelante serían los dibujos animados. Hablamos de The Enchanted Drawing, un corto de 1896 en el cual Thomas A. Edison graba al periodista J. Stuart Blackton dibujando sobre un papel. El montaje posterior genera efectos sorprendentes para la época, que anticipan los futuros logros en animación.

No hubo que esperar demasiado a que el primer trabajo de animación considerado como tal viese la luz. Se trata de Fantasmagorie, el corto que Émile Cohl realizó en 1907 a partir de 700 ilustraciones. El sistema de discos iluminados crea una curiosa sensación de “negativo”; pero el movimiento de las imágenes (bastante rudimentarias en sí) está muy conseguido.

En 1914, Winsor McCay, padre del cómic pionero Little Nemo in Slumberland y que ya había hecho sus pinitos en animación en 1911, da un paso más. Su corto Gertie and the Dinosaur es el primero en combinar animación e imagen real. Sin él, joyas modernas como Quién engañó a Roger Rabbit o la propia Blue & Malone no habrían sido posibles… A partir de este momento se suceden los trabajos, que van ganando calidad y gozan del favor de un público que los contempla extasiado. Es una época de magníficos clásicos: Felix the Cat de Otto Mesmer y Pat Sullivan (1920), los cortos de Laugh-O-Gram Films (fundada por Walt Disney y Ub Iwerks en 1922), Betty Boop de Max Fleischer (1930), Looney Tunes y Merrie Melodies de Leon Schlesinger Productions (1935)…

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ESDIP la primera escuela de animación en España
ESDIP la primera escuela de animación en España

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