Diferencia entre un dibujante y un ilustrador: a cada uno, lo suyo

Buscar una sola diferencia entre un dibujante y un ilustrador es poco menos que imposible. ¡Hay muchísimas! Y también son muchas las cosas que unen ambas profesiones. Podríamos decir que el dibujo es la “nave nodriza” en la cual viajan las demás especialidades: cómic, ilustración, animación, diseño gráfico… Por eso, ser un buen dibujante es […]

Ilustración
25 septiembre, 2020

Buscar una sola diferencia entre un dibujante y un ilustrador es poco menos que imposible. ¡Hay muchísimas! Y también son muchas las cosas que unen ambas profesiones. Podríamos decir que el dibujo es la “nave nodriza” en la cual viajan las demás especialidades: cómic, ilustración, animación, diseño gráfico… Por eso, ser un buen dibujante es el primer paso para poder convertirte en un experto en todas las disciplinas relacionadas con este arte.

Un buen ilustrador es capaz de usar el dibujo para transmitir mensajes y conceptos definidos: como tal, además de saber dibujar, también debe saber comunicar. Vamos a descubrir cuál es la diferencia entre un dibujante y un ilustrador, y cómo ser un buen profesional en ambos campos.

Realizado por Iván Serrano

Diferencia entre un dibujante y un ilustrador: imágenes que cuentan historias

La primera diferencia entre un dibujante y un ilustrador, y probablemente la más importante, es la función que cumplen los trabajos realizados por ambos. Podríamos decir que una ilustración es un dibujo realizado con la intención de reforzar un mensaje, creado para ilustrar e iluminar un contenido o un concepto. El dibujo, por su parte, suele tener función en sí mismo: no ilustra un texto ni está pensado para comunicar mensajes, más allá de las emociones o necesidades creativas del propio dibujante (y en algunos casos, las del cliente que lo encarga; por ejemplo, si nos contratan para realizar un retrato).

Realizado por Celia Pacheco

En el blog Sen Imago, creado por el ilustrador freelance Óscar Senonez, se habla sobre un concepto muy interesante: la cadena ilustrativa. Son los elementos de los que consta el proceso creativo de una ilustración: cliente, público, soporte, contenido y propósito. Según este artista, todos estos elementos se combinan para lograr dos propósitos, acompañar e iluminar; y estos dos propósitos tienen el fin último de comunicar. El dibujo en sí no acompaña a ningún contenido o concepto, ni tampoco ilumina; como comentábamos antes, no se realiza con la intención de comunicar algo concreto. El ilustrador lo define de forma muy clara: “cuando aprendemos a dibujar se nos enseña anatomía, perspectiva, composición, luz y sombra, etc. Pero en la ilustración aprendemos a comunicar, a enviar un mensaje determinado al público utilizando las herramientas propias de la comunicación”.

Sentimientos y emociones, plasmados “sobre el papel”

En los últimos tiempos, existe una curiosa tendencia que da más importancia al campo de la ilustración que al del dibujo. Ser “ilustrador” parece mejor que ser “dibujante”… Nada más lejos de la realidad. Son ámbitos distintos que interactúan, dialogan y se retroalimentan. El dibujante trabaja más con conceptos, emociones y sentimientos personales, mientras que el ilustrador se dedica a dar forma a conceptos externos mediante distintas técnicas. Eso sí, siempre conservando un estilo propio, único y personal.

En la web Diferenciaentre.com hacen esta interesante distinción: “Los dibujos son expresiones visuales de sentimientos y emociones provocadas en el artista. Las ilustraciones son expresiones visuales que ayudan a las personas a entender y visualizar mejor el contenido que acompaña a un texto. Por su parte, los dibujos pueden ser entendidos por si solos y aun así pueden dar un mensaje; las ilustraciones requieren de un texto al cual acompañar para poder ser apreciados”.

Realizado por Adrián Vergara

Otra de las diferencias entre un dibujante y un ilustrador se refiere a las técnicas empleadas en ambos campos. Una ilustración no tiene por qué ser un dibujo; cualquier imagen que acompañe a un texto o contenido, o “ilustre” un concepto (por ejemplo, en una campaña de publicidad), adquiere esta categoría. De hecho, una fotografía puede ser una ilustración por derecho propio. El dibujo, sin embargo, siempre se realiza a mano sobre un soporte; pueden emplearse técnicas tradicionales sobre papel, cartón, lienzo, etc., o técnicas digitales. Y por supuesto, siempre es posible combinar herramientas para obtener resultados de nivel profesional.

Por otra parte, hay una profesión que también está ligada al dibujo y la ilustración… Y por supuesto, tiene sus características propias. Hablamos del diseño gráfico, una de las especialidades más dinámicas y con mayor demanda del sector de la creatividad. No dejes de leer este artículo sobre las diferencias entre diseño gráfico e ilustración, perfectamente explicadas por un reconocido profesional del sector.

¿Dibujante o ilustrador? Ambas cosas, pero a nivel profesional

Si te gusta dibujar, nunca sueltas el lápiz o el bolígrafo y tu cuaderno de bocetos te acompaña a donde quiera que vayas, tienes vocación de dibujante. Y muy probablemente, también de ilustrador. Tus habilidades y tu talento te pueden abrir muchas puertas en distintos ámbitos, especialmente en el ámbito editorial y en la publicidad. Los buenos ilustradores reciben encargos constantemente, y su estilo se convierte en su seña de identidad: pero para llegar hasta su nivel, antes es fundamental estudiar y practicar. Porque para convertirte en un buen dibujante o un ilustrador de altura, hay muchísimas técnicas, herramientas y conceptos que deberás interiorizar.

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