“Blue & Malone, Casos Imposibles”, Hablamos con su director, Abraham López Guerrero

“Blue & Malone, Casos Imposibles” no es un corto de animación al uso. El tema del que trata, su calidad (en todos los sentidos), la labor de equipo que atesora y la emoción que desprende, han conseguido que se haga con “el galardón” por excelencia de la animación española: el Goya a Mejor Corto de […]

Testimonios
23 julio, 2021
El director y los actores de Blue & Malone con la estatuilla del Goya

“Blue & Malone, Casos Imposibles” no es un corto de animación al uso. El tema del que trata, su calidad (en todos los sentidos), la labor de equipo que atesora y la emoción que desprende, han conseguido que se haga con “el galardón” por excelencia de la animación española: el Goya a Mejor Corto de Animación. Este logro se suma a los casi 90 festivales en los que ha sido seleccionado y a una trayectoria fulgurante con más premios en su haber.

Queríamos saber cuándo y cómo empezó el proyecto, de dónde surgió la idea, cómo se crearon los personajes y la animación… En definitiva: lo queríamos saber todo sobre los maravillosos personajes que pueblan el corto y sobre las personas que están detrás. Para ello hablamos con Abraham López Guerrero, director de “Blue & Malone, Casos Imposibles”, que nos acompañó en un recorrido fascinante por el universo del corto. No te pierdas todo lo que nos contó sobre el proyecto, uno de los más innovadores y especiales de la animación española actual.

¿Qué pasa con la fantasía cuando creces?

Teníamos mil preguntas para hacerle a Abraham. Pero nos pareció que lo mejor era empezar por el principio. ¿Cuál fue la idea primigenia, el detonante que dio origen al corto? Abraham nos cuenta: “Lo más honesto y sincero: me inventé Blue & Malone porque soy un tío miedoso. Me da miedo la realidad, los demás, el fracaso, el mundo… Entonces, me inventé a un tigre gigante que me defendiera de los malos y a un peluche chiquitito que me hiciera reír”, recuerda. Y prosigue: “Creo que a lo mejor no soy solo yo el que se siente solo y arrojado al mundo. Que quiere tener unos amigos que nunca te van a fallar y siempre van a estar ahí; que te van a acompañar y encima son fantásticos. Se me ocurrió que molaría compartir eso con el público y convertirlo en una película”, concluye.

Abraham, el director de Blue & Malone dirigiendo una escena del corto

Abraham también señala otros dos detonantes para el origen de la historia. Y como sucede en muchos casos, surgen en forma de preguntas. En “Blue & Malone”, nos dice, las cuestiones planteadas fueron: ¿Qué pasa con tus amigos imaginarios cuando te haces mayor? ¿Cuándo fue la última vez que hablaste con ellos? ¿Y con los sueños que tienes de pequeño, ser astronauta, aventurera, capitana de barco? ¿Qué pasa con la fantasía cuando creces? “¿De verdad hay que madurar y convertirte en un adulto serio y hacer cosas con cara de acelga todo el rato?”, se pregunta el director del cortometraje. “Prefiero pensar que todo puede ser, que siempre hay un resquicio para la magia. Que por muy absurdo o tonto que parezca un anhelo, a lo mejor hay alguna manera de hacerlo realidad”. Estas preguntas desembocaron en un tema universal que actúa como el núcleo de la historia y del que se desprende gran parte de su encanto y su interés. “Hablamos de la pérdida de la infancia”, asegura Abraham. “Creo que eso es muy habitual en esta generación entre los 30 y los 40: nos damos cuenta de que lo urgente nunca nos deja tiempo para lo importante”, constata.

Otro tema que surgió y que queda perfectamente reflejado en la historia tiene mucho que ver con una de las pasiones del director: el teatro. “¿Hace cuánto tiempo que no vas a tu teatro interior? ¿Que no crees ciegamente en algo, sin importar si es verdad o mentira o que sirva para algo?” Según Abraham, esta cuestión ha sido una de las claves de “Blue & Malone”. “Con todos los premios, pero sobre todo con la reacción del público de todas las edades, hemos descubierto que muchos espectadores y espectadoras se sentían así. Tengo olvidada mi infancia, mi infancia es como un teatro viejo a punto de ser demolido”, compara durante la conversación. “Casi no hago caso a mi niño interior, no me acuerdo de quien era cuando era niño. Y es que este corto va dirigido a los niños; pero sobre todo, a los niños que llevamos los mayores dentro”, afirma.

Los personajes y su mundo: Berta, Mortando y Gato

Si la idea y el tema capturan al espectador desde el minuto uno, gran parte de la “culpa” la tienen, sin duda, los protagonistas de la historia. Tres pilares fundamentales que sostienen una trama llena de matices. Abraham nos los describe. “En realidad, el personaje principal es Berta”, señala. “Es una especie de Alicia en el País de las Maravillas o de Wendy en Peter Pan. Un personaje que nos representa a nosotros mismos en ese mundo imaginario. Más o menos, ella es la embajadora del público dentro del universo del corto. Y como tal, es el más importante porque lo que está en juego en la historia es su alma”, afirma el director. “El corto trata sobre cómo salvar el alma de Berta; es decir, su infancia, su ilusión. Por eso fue tan importante que fuese Aura Garrido, una actriz brutal”, reconoce.

Personajes del corto de Blue & Malone en una escena

A la Berta “real” Le acompañan Gato (Big Blue Cat) y Mortando Malone, los detectives imaginarios que ya protagonizaron una primera parte de la historia. Mortando representa al amigo infantil que teníamos de pequeñitos, ese que nos acompañaba a todas partes. Es un dibujo animado clásico, casi en blanco y negro y al mismo tiempo es una especie de perro- marioneta achuchable. Porque es muy importante que los amigos sean blanditos”, sonríe Abraham. “En cuanto a Gato, es un personaje cósmico que representa toda la potencia de imaginación. En ‘Blue & Malone’, la imaginación es como la fuerza en la Guerra de las Galaxias; y Gato representa la fuerza encarnada”, concluye.

Técnica y equipo. ¿Con qué se ha hecho el corto y quién lo ha hecho?

La historia y los personajes de “Blue & Malone” están destinados a ganarse un sitio en el corazón de los espectadores. Pero nada de eso sería posible sin una realización técnica que sea capaz de transmitir todo a través de la pantalla. Y por supuesto, sin un equipo cohesionado, entusiasta y lleno de talento. Le preguntamos a Abraham qué técnicas digitales se han empleado en la producción del corto. “Animación 3D, 2D y efectos especiales basados sobre todo en simulaciones”, responde. “Encontramos tanto animación 3D hecha con Maya y Blender, como software 2D y animación 2D, dibujada de manera tradicional a 24 fotogramas por segundo y a 24 poses. O sea, full animation. También se han empleado ToonBoom y Harmony, además de un sinfín de herramientas de diseño. Que por cierto, todas se imparten en la Escuela”, nos recuerda Abraham. Y prosigue: “Nuke para Efectos especiales, After Effects para composición, Photoshop, programas de modelado específicos… Sin olvidar otros efectos especiales, por ejemplo, los que se han hecho con Houdini y con otros programas (sobre todo, de simulación)”, concluye nuestro experto.

Sin embargo, la técnica no sirve de nada si no hay alguien que sepa utilizarla. Y no solo eso: que sea capaz de sacarle todo el partido. Por eso, Abraham no quiere terminar de responder sin hablar sobre el equipo que ha dado vida a “Blue & Malone, Casos Imposibles”. “Los ‘cabezas de equipo’ pertenecían a dos categorías: profesionales de la productora de ESDIP que han colaborado con nosotros y profesores de la escuela. Elena Manzano, Manuel Carbajo, Jorge San Martín, Nacho Subirats, Jesús Guijarro… Muchos de ellos, además, son exalumnos; es el caso de Esther Encabo, directora técnica, que fue alumna de ESDIP”, señala. “A continuación están los alumnos de la escuela. Han trabajado codo con codo, colaborando entre ellos mismos y con los profesionales. Creo que la fórmula de la productora de ESDIP es totalmente exitosa: los alumnos trabajan al mismo tiempo con los profesionales, a su lado. Y los profes les enseñan con el ejemplo”, se entusiasma Abraham, que no renuncia a darnos más ejemplos. “Y aún hay más. Hemos tenido a gente, como Rubén Querol, que empezaron el curso de cine de animación como alumnos y terminaron como profesionales de la productora; es decir, remunerados como profesionales por la propia productora, y como profesores de la escuela. Juan Pérez, David López y muchos otros, que empezaron en prácticas y terminado como parte del staff. Y, por supuesto, la cosa no termina cuando se acaba la producción: muchos se han ‘enganchado’ a otros proyectos profesionales. Como Rubén Querol, que ha terminado en Morgana (un estudio de animación) y está también en Tadeo Jones III de LightBox”, nos revela. “Sebastián Urcelay, Nacho Cuesta, Isabel Bertolo… Hay que ver los créditos. Hay más de 150 personas. “Blue & Malone” ha sido su escuela, y al mismo tiempo, su proyecto profesional”.

Las voces y la música, una elección clave

Cualquier director, productor o realizador audiovisual lo confirma: escoger bien estos aspectos es esencial para lograr el mejor resultado. Le preguntamos a Abraham cuáles fueron sus criterios. “Una de mis musas es siempre Alex O’Dogherty”, confiesa. “Es músico, humorista, actor, escritor… Un tío renacentista que lo hace todo y encima a mí me gusta cómo lo hace. Luego está José Luis García Pérez, un actor con una voz alucinante. Cuando se lo propusimos nos dijo, ‘jo, me encanta, pero me tienes que dar tiempo porque estoy muy liado’. Yo esperé meses y meses y meses… Y un día me dijo: si sigues interesado tengo un hueco. Y yo le dije, claro que sí”, sonríe Abraham. “Cuando vio que lo que tenía que hacer era rugir y gruñir, se quedó flipado de que hubiese esperado tanto solo para eso. Pero es que yo creo que sus rugidos y gruñidos son el alma de Gato”, asegura.

Blue & Malone la producción de ESDIP ganadora del Goya de animación en 2021

La música también ha tenido un papel fundamental en el corto. “Miguel Malla es un músico increíble que tiene varias bandas de jazz. Ya trabajamos juntos en ‘Blue & Malone, Detectives Imaginarios’. Es un compositor y arreglista excepcional que ha trabajado en películas como ‘Días de Fútbol’ o la serie ‘Vergüenza’. Y como es hermano de Coque Malla, decidimos entre los dos que la última balada la cantara él. La grabación fue muy bonita, con nada menos que nueve músicos”, recuerda Abraham. En este sentido hay que destacar la valentía de Emilio Luján Canalejo, director de ESDIP, que es el que ha apostado por todo. Una verdadera delicia. De hecho, los mismos músicos estaban agradecidísimos. Decían: ‘Esto sí que mola, grabar bien’. Y te puedo decir que hay muchas películas (no ya cortos) cuya música no se ha grabado con el cariño de la de Blue & Malone”.

“Blue & Malone, Casos Imposibles” es un corto digno de un Goya. ¿Cuál es el secreto?

El Goya a Mejor Corto de Animación supone un empujón definitivo a la trayectoria de nuestros dos encantadores detectives. Y también un subidón y una alegría para Abraham y todo el equipo. El director del proyecto tiene clara qué razones han hecho que la balanza se inclinase a su favor. “Es un corto equilibrado. Técnicamente es impresionante, y la historia está muy bien. No trata de buscar la emoción en un conflicto primario; es más intelectual. Y como no es una fórmula típica, tiene sus pequeños problemas de ritmo. Pero es fresca. ‘Blue & Malone’ no es perfecto, pero sí es un corto ambicioso y honesto. No intenta imitar nada, ni ser el Pixar español; y tampoco juega a la pornomiseria. Trata de fantasía e imaginación, de una forma original. Todos esos valores combinados son la razón del éxito”, concluye Abraham.

El director de Blue & Malone con el premio Goya a mejor corto de animación

El Goya no es el único reconocimiento que ha recibido el proyecto de ESDIP Animation Studio. Abraham nos cuenta que ha sido seleccionado ya en casi 80 festivales, “lo que es la leche”, señala, divertido. “Y se ha llevado entre 15 y 20 premios más. No son muchísimos, pero es que no responde a los cánones de ‘corto festivalero’. No es mudo, dura 22 minutos (es largo) y no trata un drama social. La cuestión es que como nos salimos de esa norma, nos ha costado ganar muchas simpatías. Además, es muy positivo y en un año como este se agradece. Eso nos ha dado puntos”, asegura. Nuestro director también hace especial hincapié en la metáfora que conlleva la historia sobre el teatro y la enlaza con la situación de los teatros durante la pandemia. “Se reivindica que el teatro esté vivo, que hay que ir a los teatros, no derribarlos. Esa metáfora también ha calado entre el público y los compañeros profesionales de la animación, y eso que la idea parte de mucho antes de la situación actual. Y, por último, ‘Blue & Malone’ es un corto con un potencial industrial enorme: algo súper importante, porque lo que hace falta en España es industria”.

Mirando hacia el futuro: los proyectos

No queríamos terminar nuestra conversación con Abraham López sin saber qué proyectos tiene para el futuro. Y, sobre todo, qué va a pasar con sus queridos detectives. ¿Tendrán su propia película? Los próximos meses se le presentan, desde luego, ajetreados. “Ahora mismo estoy dirigiendo la animación de ‘Dragon Keeper’, una coproducción entre China y España. Es una producción muy ambiciosa con cerca de 20 millones de euros de presupuesto: todo un desafío. Me lo estoy pasando fenomenal, estoy currando como un mono y aprendo un montón”, confiesa entusiasmado.

Cartel del corto de animación de ESDIP Blue & Malone

Y por supuesto, Gato y Mortando forman parte de sus próximos proyectos “La idea es que se abran tres puertas”, nos cuenta. “La primera es la película ‘Blue & Malone, El Viaje Imposible’, en la que participará ESDIP. La segunda es la serie ‘Los Casos Imposibles de Blue & Malone’, una especie de spin off de la película. Y tenemos un tercer proyecto, ‘El otro Arca’, en el que nos vamos a embarcar Emilio Luján y yo. Una comedia muy satírica sobre el arca de Noé, a la que le damos la vuelta. Es una idea mía, muy potente y la estamos haciendo Emilio como productor y yo como director. La vamos a llevar a cabo, pero de una manera nueva. Como con B&M, donde hemos hecho algo que no se había hecho antes… Pues esto va a ser lo mismo”.